Las ojeras oscuras y hundidas son una de las consultas más frecuentes en medicina estética. No solo afectan la apariencia física, sino que también suelen ser indicativas de factores internos como el cansancio o la deshidratación. En este artículo, exploraremos a fondo las causas, los tratamientos clínicos disponibles y las opciones cosméticas para tratar esta condición de manera eficaz.

En Canarias, los centros médicos han registrado un incremento notable de casos relacionados con el norovirus, especialmente en los últimos meses. Este virus, altamente contagioso, está afectando a gran parte de nuestra población, desde niños pequeños hasta personas mayores. En un entorno como el nuestro, donde el clima templado y las actividades al aire libre favorecen el contacto social, el norovirus se ha propagado con rapidez, convirtiéndose en un problema de salud pública al que debemos prestar atención.

Hoy en día vivimos inmersos en una sociedad que sufre graves trastornos de sueño: andamos siempre con prisas, con un millón de cosas en la cabeza y, para colmo, muchas veces buscamos “atajos” para dormir menos, pensando que así podremos aprovechar mejor el día. El resultado es que cada vez estamos más sobremedicados y recetamos pastillas para poder quedarnos dormidos o mantenernos despiertos. Dentro de todo este caos, circula el mito de que con 4 horas de sueño bastan para estar como una rosa. ¿Pero de verdad es así?

Las chucherías son un antojo irresistible para muchos, especialmente para niños y adolescentes, aunque los adultos no se quedan atrás. Estos pequeños placeres están diseñados para captar nuestra atención con colores vibrantes, sabores intensos y una textura que varía entre lo crujiente y lo gomoso. Sin embargo, detrás de esa dulzura aparente, se esconde un contenido que puede ser perjudicial para nuestra salud, especialmente si las consumimos en exceso o las incorporamos como parte habitual de nuestra dieta.

El invierno trae consigo bajas temperaturas que pueden afectar directamente a nuestra salud. Los cambios bruscos de temperatura entre el exterior e interior de nuestras viviendas pueden desencadenar diversas afecciones respiratorias como resfriados, gripes, bronquitis e incluso agravar condiciones preexistentes como el asma. Además, el frío intenso puede favorecer problemas circulatorios, empeorar el dolor articular en personas con artritis y reducir nuestras defensas naturales, haciéndonos más vulnerables a infecciones.