
Las infecciones de transmisión sexual aumentan en la población joven
Las cifras hablan por sí solas y reflejan una realidad preocupante: en 2024 se notificaron en España 41.918 infecciones por Chlamydia trachomatis, 37.257 casos de infección gonocócica, 11.930 de sífilis y 1.996 de linfogranuloma venéreo. La mayoría de estos diagnósticos se concentran en población joven, lo que pone en evidencia la necesidad urgente de reforzar la prevención, la información y la consulta médica temprana.
¿Qué es cada una de estas infecciones?
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Chlamydia trachomatis
Es la infección de transmisión sexual (ITS) más frecuente en jóvenes. Puede cursar sin síntomas, pero cuando se manifiesta provoca dolor al orinar, secreción genital anómala o dolor abdominal. En las mujeres, puede dañar las trompas de Falopio y afectar a la fertilidad si no se trata a tiempo.
Tratamiento: se administra antibióticos (habitualmente azitromicina o doxiciclina), con muy buena respuesta si se detecta de forma precoz. -
Infección gonocócica (gonorrea)
Causada por la bacteria Neisseria gonorrhoeae. Se transmite por contacto sexual vaginal, anal u oral. Produce secreción purulenta, ardor al orinar y dolor genital, aunque en ocasiones pasa desapercibida.
Tratamiento: la terapia recomendada es con ceftriaxona inyectable, acompañada a veces de azitromicina, aunque preocupa el aumento de resistencias antibióticas. -
Sífilis
Producida por Treponema pallidum, avanza por fases: una úlcera indolora en la zona de contacto, después un cuadro con erupciones cutáneas y síntomas generales, y si no se trata puede llegar a afectar al sistema nervioso y al corazón.
Tratamiento: la penicilina sigue siendo el tratamiento de elección, con gran eficacia si se administra en fases iniciales. -
Linfogranuloma venéreo
Es una forma invasiva de la infección por Chlamydia trachomatis (serotipos L1, L2, L3). Se presenta con úlceras genitales, inflamación dolorosa de ganglios linfáticos e incluso complicaciones anorrectales en personas que practican sexo anal.
Tratamiento: doxiciclina durante varias semanas es el esquema más utilizado, con buena tasa de curación.
El repunte de estas infecciones en población joven no es un dato menor: se trata de un reto de salud pública que requiere concienciación, educación sexual y un acceso ágil a pruebas diagnósticas y tratamiento. Usar preservativo, acudir al médico ante cualquier síntoma y realizar revisiones periódicas en caso de riesgo son medidas básicas para frenar estas cifras. Recordemos que todas estas infecciones tienen tratamiento eficaz si se detectan a tiempo, pero las consecuencias de no hacerlo pueden ser graves y permanentes.