
¿Qué hacer si cae arena en los ojos?
Un día cualquiera en la playa, el viento empieza a soplar con más fuerza de lo esperado. Sin darte cuenta, una ráfaga de aire levanta la arena y, de repente, una parte de ella termina en tus ojos. La incomodidad es inmediata: lagrimeo, ardor, sensación de cuerpo extraño… Es una situación más común de lo que pensamos, especialmente en zonas costeras y en días de viento. Pero ¿sabemos realmente qué hacer si nos pasa?
¿Qué ocurre cuando entra arena en los ojos?
La arena puede generar varios efectos indeseados en la superficie ocular, dependiendo de su tamaño, cantidad y del tiempo que permanezca en el ojo:
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Irritación conjuntival: la más común. Se manifiesta con enrojecimiento, picor y lagrimeo.
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Microabrasiones en la córnea: los pequeños granos pueden rayar la superficie del ojo, provocando dolor agudo, fotofobia (sensibilidad a la luz) y visión borrosa.
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Inflamación o infección secundaria: si el ojo se manipula demasiado o no se limpia adecuadamente, puede aparecer una conjuntivitis bacteriana.
¿Qué NO debemos hacer?
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No te frotes los ojos. Aunque el impulso sea automático, frotar puede empeorar las microabrasiones o incrustar los granos más profundamente.
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No uses gotas oftálmicas sin indicación. Algunas gotas pueden contener conservantes o compuestos que irriten más el ojo.
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No intentes retirar la arena con los dedos o pañuelos. Podrías dañar más la córnea o introducir bacterias.
¿Qué SÍ debemos hacer?
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Lávate bien las manos antes de cualquier contacto con el ojo.
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Parpadea repetidamente para favorecer que la lágrima natural arrastre los granos hacia el lagrimal.
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Irriga el ojo con abundante agua limpia o suero fisiológico.
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Lo ideal es inclinar la cabeza hacia el lado del ojo afectado y dejar caer suavemente el suero desde el ángulo externo al interno del ojo.
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Si no tienes suero, puedes utilizar agua potable a temperatura ambiente (¡nunca caliente ni demasiado fría!).
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Evita la exposición al sol o al viento mientras el ojo esté irritado.
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Coloca gafas de sol para proteger el ojo afectado mientras dura la molestia.
¿Cuándo acudir al oftalmólogo?
Aunque en la mayoría de los casos el ojo se recupera sin problemas, es recomendable acudir al especialista si:
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Persiste la sensación de cuerpo extraño tras varias horas.
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Hay dolor intenso, visión borrosa o dificultad para abrir el ojo.
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Aparece secreción amarillenta o verdosa.
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La molestia empeora en lugar de mejorar con el paso del tiempo.
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Notas inflamación o edema en los párpados.
Conclusión médica
La superficie ocular es delicada y cualquier agresión externa, como la arena, puede tener consecuencias que van desde una simple molestia hasta lesiones más serias. Actuar con rapidez, pero con cuidado, es clave para evitar daños mayores. El enjuague inmediato, sin frotar, y el seguimiento de los síntomas durante las horas siguientes son fundamentales. Y si algo no va bien, no dudes en consultar al oftalmólogo: más vale prevenir una complicación que lamentar una lesión ocular evitable.